HOTEL CHELSEA

Fotografía: Francisco Granados

Porque el hotel California no es el único hotel del rock
“Aquí viene otro imbécil” es lo que probablemente piensan los empleados del bohemio y alternativo Hotel Chelsea cada vez que se acerca un turista a fotografiar las paredes del mítico albergue en el que Bob Dylan, Frida Kahlo, Jane Fonda, Jimi Hendrix, Jean Paul Sartre, Madonna, Janis Joplin y Leonard Cohen se acostaban a contar ovejas mientras en la habitación número 100 Sid Vicious, bajista de los Sex Pistols apuñaleaba a su novia, Nancy Spungen en 1978.
A pesar de haber sido construido en 1883, en el #222 de la calle 23 de Manhattan, su atractivo viene dado por las historias que albergan cada uno de los ladrillos de su fachada, donde una luz de neon hace eco de su nombre. No es casualidad, entonces, que algunos prefieran verlo desde la acera de en frente. Una vez dentro del hotel me siento un poco aturdido por el ambiente sórdido que rodea la recepción de aspecto victoriano-gótico, además que las personas que se encuentra allí me miran con cara de pocos amigos. Recomendación: no entren con la cámara colgando del cuello.
El Chelsea es el refugio de músicos, escritores, productores, actores famosos, fracasados, yonquis, directores, groupies y modelos. Todos quieren formar parte de las miles de historias que exhalan sus paredes y nutrirse con la creatividad que recorre sus malogrados y mal decorados pasillos. Arthur C. Clarke escribió 2001: A Space Odyssey durante su estadía en el hotel, el escritor Dylan Thomas murió envenenado en una de sus habitaciones y cuenta la leyenda que Marilyn Monroe protagonizó una monumental pelea en el lobby. Allí se rodaron películas como Chelsea Girls de Andy Warhol, Nueve Semanas y media, El Profesional, The Million Dollar Hotel, Chelsea Walls, La Interprete y el filme de terror japonés Hotel Chelsea.

Al lado del Hotel hay una tienda de guitarras vintage, Chelsea Guitars, frecuentada por Dee Dee Ramone y recientemente por los chicos de The Hives, Billy Corgan y Elvis Costello. Otro lugar de culto, es el bar-restaurante del hotel, El Quijote, centro de reunión de los intelectuales de la Gran Manzana y cuyas paredes están repletas de figuras alusivas al Quijote y su fiel compañero Sancho Panza.
Quienes deseen estar inmersos en este real freak show las habitaciones tienen un costo desde 189 $ que estoy seguro sabrán aprovechar al máximo, pues quienes han pernoctado en El Chelsea cuentan no haber podido pegar un ojo en toda la noche.