En la antigua Grecia la palabra idiota se empleaba para referirse a aquel que no se ocupaba de los asuntos públicos, es decir, aquellos ciudadanos a quienes no les importaba la política.
No es casualidad que
Dostoievski decidiera titular como “El idiota” su novela de 1869 que narra la historia de
El príncipe Mishkin, criticando duramente el sistema burocrático imperante en la antigua Rusia o que Green Day utilizaran este mismo termino para oponerse férreamente a la administración del ex Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush.
En la actualidad puedo dar fe que la mayoría de los jóvenes del país no forman parte de ese grupo. Más allá de la ideología de cada cual. El estudiante universitario promedio se interesa por mantenerse
al giorno en cuanto a los eventos políticos de la nación, exigen cada vez más mayor contenido cultural y se interesan en la búsqueda de soluciones ante los problemas de su comunidad. En pocas palabras, los estudiantes no son ningunos pendejos.
Hasta hace poco fui estudiante universitario y ahora como joven periodista -más allá de mi tendencia política- soy crítico ante cualquier gobierno, sea rojo, blanco, verde o púrpura. Y como trabajador de medios siempre he dicho que “al César lo que es del César”. Si el país marcha bien, pues que así sea, pero en los últimos meses la situación ha empeorado. Creo que todos hemos vivido la lamentable experiencia de perder un bien material o un ser querido a manos del hampa. Hago la misma pregunta que hiciera Horacio Blanco en el concierto de los 18 años de Desorden Público mientras interpretaba “Valle de Balas”: ¿Quiénes han sido victima de la violencia? ¿Quiénes han sido asaltados con un arma de fuego?.
Si no están de acuerdo con lo que digo… bien, pero no me lo digan a mí. Hagan valer sus derechos como ciudadanos e inscríbanse en el registro electoral permanente para votar por la opción de su preferencia. ¿Qué esperan? Ingresen a la página
cne.gob.ve. Tienen chance hasta el 30 de noviembre, no sean idiotas.
1 comentario:
Columna admirable con un final ejemplar... Ojalá todos los periodistas y más aún los jóvenes tomaran esta misma iniciativa que tomaste tu con esta columna. Es bastante admirable y de pana y todo, después de esta columna te ganas mis más sinceros respetos y admiración. ¡Saludos! e inscribanse todos y VOTEN, nada se hace con que estén inscritos y no hagan valer sus derechos como ciudadanos al dar su opinión para mejorar el país que es nuestro.
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