Quizás muchos no lo sepan, pero desde muy chamo he sido fanático del béisbol. No soy de los que va al estadio con regularidad porque el trabajo no me lo permite, pero ligo a los
Leones del Caracas.
Tampoco estoy en un equipo de
softball como cualquier pelotero frustrado -digamos que sólo me tomo las cervezas-. A los 16 años viajé a un campamento de los
Expos de Montreal y terminé como mascota/aguador/mensajero de los coaches del equipo. Aún hoy día colecciono barajitas de Ken Griffey Jr. y otros peloteros venezolanos. Entre ellos Bob Abreu. Con quien había coincidido en el pasado, pero nunca me había podido sentar a conversar. Definitivamente el popular "Comedulce" rompe el molde.
A pesar de ser uno de los venezolanos más exitosos en la gran carpa mantiene intacta su humildad. Se muestra visiblemente emocionado al recordar sus días como empaquetador de un automercado en Maracay y cómo fue que "El Loro" le dijo que vistiera el número 53. Amante de la buena música -no escucha reggaetón- Abreu es una especie en extinción entre los jugadores de Grandes Ligas. Un verdadero campeón que no sólo destaca por sus logros dentro del diamante, sino por ser gente.
En abril podrás leer la entrevista que realicé a Bob para
UB.
1 comentario:
Me da gusto leer, que las personas exitosas y emprendedoras que admiro no se olvidan de sus raíces da un gusto no olvidar por lo que hemos pasado para ser lo que hoy somos, siento que venezolanos como Bob somos muchos...
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